Renaciendo como la esposa del PADRE DE MI MARIDO CAPÍTULO 9

CAPÍTULO 9

SERÉ UNA BUENA ESPOSA.

La mirada intensa del Emir se posó sobre Zahida, y un silencio incómodo llenó la habitación. La tensión en el

aire era palpable, y Zahida podía sentir la presión de todas las miradas dirigidas hacia ella, entonces se

mordió el labio inferior, sintiendo la necesidad de explicarse.

-Lo siento… no era mi intención gritar… -comenzó Zahida, pero fue interrumpida por la mirada dura de

Yassira.

-¿Qué estás haciendo, Rania? ¿Cómo te atreves a expulsar a tus propios invitados? -preguntó Yassira, con una mezcla de arrogancia y desprecio.

Zahida negó muchas veces, pero el Emir levantó la mano en un gesto para detener cualquier explicación adicional. Su expresión no revelaba ninguna emoción, pero sus ojos oscuros escudriñaban a Zahida con

intensidad.

-Si Rania quiere que se vayan, deben hacerlo, ella acaba de dar a luz y esta visita solo es un protocolo sin

sentido.

Zahida inhaló profundamente, sintiendo que, por primera vez en su vida, alguien colocaba su necesidad primero y no pudo apartar sus ojos de ese hombre enigmático que, hace casi un día, la había mirado con

frialdad.

-Pero Yassira intentó, no obstante, la dura mirada del Emir, hizo que bajara la cabeza.

Todos sin ninguna interrupción comenzaron a salir, y Zahida sintió la impotencia de no poder detener a Laya en ese momento. No cuando el rey estaba esperando que todos se fueran.

Ella todavía estaba agitada cuando colocó a su bebé en la cuna, y apretó sus manos sin saber qué esperar.

No podía pretender que este hombre fuera tan diferente a su hijo.

Cuando las puertas se cerraron, ella abrió la boca.

-Emir… lo siento, quizás estoy un poco cansada…

El Emir frunció el ceño ante la respuesta de Rania y asintió.

-No tienes por qué excusarte, es tu derecho…

¿Mi derecho?, la pregunta en su mente golpeó a Zahida.

-¿Te encuentras bien? Pareces muy extraña -A Zahida se le secó la boca de inmediato cuando negó.

-Es todo muy nuevo…

-Puedo verlo… -Hakim se acercó un poco, de forma cautelosa, y Zahida sintió cómo su aliento golpeó su rostro-. Gracias por el esfuerzo que has tenido con nuestro hijo, Omar… a pesar de todo, de tus cambios, y las diferencias que hemos tenido, siempre serás privilegiada en este lugar…

.1/3.

+15 BONOS

Zahida pasó un trago detallando sus ojos entre verdes y marrones, y se dio cuenta de que el Emir era

bastante alto y corpulento, aún más de cerca.

Ella aspiró su aroma fresco quedándose en silencio, y notó que el Emir frunció el ceño.

-¿Pasa algo, Rania? -preguntó el Emir, notando la expresión pensativa en el rostro de Zahida.

Ella parpadeó, sacudiendo la cabeza como si quisiera despejarse de sus pensamientos.

-No, no pasa nada. Solo. -Zahida no podía dejar de mirarlo, era como si estuviese embelesada.

Realmente el Emir era atrapante, cuando él aparecía, todo cambiaba, su presencia la hacía temblar literalmente, y ella no recordó cuando se sintió de esta manera.

-Esta nueva vida es… -y Zahida apretó la boca.

-¿Nueva vida…?-sus ojos se nublaron, y Hakim miró su boca después de mucho tiempo.

Cuando eligió a Rania, evidentemente lo hizo cautivado por su extrema belleza, sus ojos cautivadores, que

podían matar.

Incluso a él, un hombre con suficiente autocontrol.

Lamentablemente, Rania estaba muy lejos de ser una mujer amable, y noble, y aunque estaba loco por ella, no

podía pasar desapercibido que su conducta no dejaba mucho que desear.

Y se odiaba por eso.

Se odiaba porque era su favorita después de todo, y sentía que en su interior todo estaba dividido.

Sin embargo, hoy, precisamente en el nacimiento de su hijo, había algo muy diferente en ella, algo que estaba llamando su atención profundamente, y que de cierta forma lo alteraba de nuevo.

No supo por qué fue espontáneo y puso sus dedos en sus mejillas para acariciarla, y se impactó en cómo ella se estremeció como si nunca la hubiese tocado, incluso, disparó su livido.

-Rania…

Zahida sintió que su cuerpo se encogía con gran fuerza, y se retuvo de dar un paso hacia atrás, aunque

quería correr.

Esta era la primera vez que un hombre colocaba un dedo encima de su piel, y la descarga que estaba

sufriendo su cuerpo, era totalmente nueva para ella.

Sus ojos se alzaron al Emir, y su boca vibró repentinamente. Y aunque no supo por qué lo dijo, aun ignorante

de muchas cosas, sintió que debía decirlo.

-Seré buena madre, no importa lo que haya hecho anteriormente… yo quiero ser buena madre…

Hakim se puso un poco escéptico ante este cambio repentino, pero asintió.

-Perfecto… Sé que eres inteligente, y sabes conseguir las cosas a tu favor, ahora te pregunto, Rania… ¿

También quieres comenzar a ser buena esposa?

+15 BONOS

Zahida sintió un calor en su estómago tan fuerte, que ella retrocedió un paso.

La clave para muchas cosas estaba en hablar con Laya, pero ella no podía ser tan tonta como para ver algo tan hermoso delante de ella y despreciarlo.

Sus ojos se nublaron y asintió.

-Yo… seré la mejor esposa… -en ese momento, Hakim tuvo que pasar un trago, porque, aunque este evento

estaba siendo demasiado extraño para él, el que Rania lo dijera, significaba mucho.

En medio de todas las tensiones, ahora mirando esa boca suculenta, y a Rania tan dispuesta, su mente se

quedó en blanco. (1

Él podía dar su reino entero por Rania, aunque ella no lo supiera…

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