Renaciendo como la esposa del PADRE DE MI MARIDO CAPÍTULO 25

CAPÍTULO 25

SUYA.

El salón principal se llenó de murmullos y susurros mientras los sirvientes, criados y familiares se congregaban, esperando el desenlace de la situación. Rania, con la mirada fija en el suelo, se sentía vulnerable ante la incertidumbre que se cernía sobre ella. Aunque confiaba en la verdad de sus palabras, la sombra de la duda se extendía como una nube oscura.

Hakim se dirigió al centro del salón, enfrentando a los presentes con una expresión grave. La tensión en el aire era palpable, y todos aguardaban la resolución de la crisis que se había desatado en el palacio.

-Todos ustedes son testigos de las acusaciones que se han hecho -declaró Hakim, su mirada recorriendo a cada persona en la sala-. Mi hijo está enfermo, y cualquier amenaza a su bienestar no será tolerada. Ordené que se lleve a cabo una búsqueda exhaustiva en todo el palacio en busca de ese supuesto frasco. Si se encuentra, se tomarán las medidas adecuadas. Ustedes serán vigilados, y nadie podrá salir del palacio mientras todo se esclarezca.

Los criados asintieron, algunos intercambiando miradas nerviosas. Mahir, a cargo de la operación, asintió con seriedad antes de retirarse para dar inicio a la búsqueda.

Mientras tanto, Rania se sentía observada por todos los presentes. Adilá y Yassira intercambiaban miradas cómplices, mientras que Zulema, desde un rincón, observaba la escena con ojos penetrantes. La tensión aumentaba con cada segundo que pasaba.

-Ven conmigo… -Hakim se acercó a Rania, y Yassira salió un poco.

-Pero majestad… dijo que nos quedaríamos juntos….

-Lo dije Hakim se giró-. Y ahora digo que me voy con Rania. ¿Tienes algún problema con mis órdenes?

Ella negó.

Hakim entrelazó los dedos con Rania. Ella caminaba de forma apresurada, y literalmente quería gritar.

Había sido una tonta, cuando daría por tener la malicia de esta mujer. Solo se quedó quieta cuando ambos llegaron a un salón, y Hakim metió el seguro a la puerta.

-¿Tienes alguna prueba? -preguntó Hakim, mirándola directamente. Sus ojos reflejaban una mezcla de preocupación y confusión.

Rania inhaló profundamente antes de responder, pero cada nada se le salía unas lágrimas, y odió ser tan

débil.

-No tengo pruebas concretas, pero algo está sucediendo. Escuché sus conversaciones, vi sus miradas. Hay algo que esconden, algo que está vinculado a lo que le pasó a mi hijo. Hakim tu segunda esposa…

Hakim se acercó a ella dejándola en silencio.

-Estoy odiando que llores siento que soy menos competente cuando tus mejillas se mojan.

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-Siento que estoy perdida -Rania negó.

-¿Conmigo a tu lado? -ella soltó el aire.

-No confías en mí, incluso, cuando fui a buscar ese frasco del que ellas hablaban, actúe de la forma más tonta… tal vez solo las alerté, debí ser más inteligente. Yo… yo estoy segura de que Yassira y Adilá… – Rania estaba algo desesperada, y ella se quitó del frente del rey. (1)

Se fue hacia una ventana buscando el aire, pero en el momento sintió cómo un brazo rodeaba su cintura, y su imponente cuerpo se ponía sobre ella.

-Una vez te dije que podía ser un rey muy competente… pero algunas veces, era un tirano. La giró de golpe, y se acercó tanto a ella, que incluso pegó su boca cuando habló-. Puedes ser todo lo malo que la gente piense, pero eres mi mujer, y nadie toca a mi hijo, ni lo que es mío. recuerda eso cuando pase algo que te sorprenda…

Rania parpadeó varias veces, y bajó la mirada a su boca.

El magnetismo en medio de esta situación, volvía el ambiente tenso, y ella no dudó en colocar la mano en su

pecho.

-Y yo quiero que escuche algo para que lo recuerde cuando algo pase. En el momento en que mi bebé nació, cambié de percepción, ahora no puedo decir que entregué mi corazón completamente al rey, pero si de algo

estoy segura es que, yo metería las manos al fuego sin titubear un solo segundo, por el único hombre que ya

las ha metido por mí…

Hakim frunció el ceño y su mirada se puso muy densa. Tomó la nuca de Rania y estrelló su boca contra la de ella, mientras que ella no dudó en darle paso a aún beso apasionado, y lleno de muchas cosas.

Hakim no dudó en llevarla al sofá del salón, subió su vestido y se hundió en ella. Rania lo recibió apretando

sus ojos, y se comió su aire agitado. Necesita… necesitaba tenerlo ahora que su mundo se estaba

desmoronando a su alrededor, porque si Hakim no creía en sus palabras, era imposible que no pudiera descifrar su forma de entregarse. 1

Rania, con los ojos brillantes por las lágrimas recientes, se encontraba acorralada entre él y el sofá, los movimientos rápidos y la intensidad de Hakim. La conexión entre ellos era palpable, una chispa que ardía con un ardor de la confusión y la pasión reprimida.

Como si ambos estuvieran en la cuerda floja.

Los labios de Hakim buscaban desesperadamente los de Rania, como si quisiera devorar sus miedos y dudas. La mano del rey se deslizó por su nuca, aferrándola con firmeza mientras profundizaba sus

embestidas una y otra vez.

-No me dejes, Hakim….

-Eres parte de mí… eso no pasará.

-Prométemelo -ella pidió como si suplicara, y la excitación de Hakim escaló a un nivel mayor.

El que lo viera como su única vida y salida, era una revolución desesperante en su cuerpo.

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+15 BONOS

-Lo juro-sus ojos se encontraron, los ojos de Rania brillaron como nunca, y ella sintió una presión que le hundía el pecho.

Todo dejó de ser real a su alrededor, y el momento se concentró en los jadeos masculinos, su boca succionando la suya, y como la maestría del hombre, la envolvía en una sola cosa.

Rania sintió el roce cálido de la mano de Hakim sobre su piel expuesta, y un escalofrío recorrió su columna vertebral. El sofá ertel que se encontraban se convirtió en su refugio, un lugar donde podían perderse temporalmente de todos sus problemas. Incluso de sus mismas personalidades.

Los susurros apasionados llenaban el aire, como un eco de la tensión acumulada en el salón principal. Rania se aferró a Hakim, sintiendo la fuerza de su abrazo protector y Hakim, por su parte, se sumergió en la intimidad compartida, como si el mundo exterior desapareciera en esta habitación.

Las manos de Rania buscaron desesperadamente la solidez de Hakim, explorando su espalda y hombros con un toque urgente. Los dos se sumergieron en el éxtasis de ese momento, donde la pasión se entrelazaba con la incertidumbre, como si el fuego de su conexión pudiera disolver cualquier sombra de duda.

En medio de la intensidad, Hakim levantó a Rania, llevándola con gracia hacia et centro de sus piernas. La distancia entre ellos desapareció mientras sus cuerpos se fusionaban en un abrazo apasionado y el vestido de Rania, deslizado hacia arriba, revelaba la piel que ansiaba las caricias de Hakim.

Y finalmente ella se retorció en sus brazos, su boca se abrió soltando sus gemidos más placenteros, que le dijeron a él que sí, Rania era completamente suya.

Suya.

Ella lo abrazó cuando los gemidos se hicieron insoportables, y él se descargó en ella, una y otra vez sin razonamiento, hasta que no le quedó aliento…

-Majestad los toques en la puerta hicieron que Rania se quisiera levantar enseguida, pero Hakim la

retuvo en su torso.

-¿Qué pasa? -Hakim preguntó agitado.

-Señor tengo que informarle que…

-Espera saldré en unos minutos.

-Bien Mahir se retiró de la puerta, y Rania observó a Hakim.

-Déjame ver a Omar de nuevo…

Y él asintió.

-Le diré a Mahir que te acompañe…

En silencio ambos se acomodaron, y cuando Hakim estuvo por abrir la puerta, volvió a tomar a Rania y la besó con desespero, la apartó de su lado, y salió de la habitación, como si fuesen unos desconocidos de

nuevo.

-¿Qué pasa? -ella lo escuchó.

+ID BUNNUS

-Tengo una información… -Mahir miró a Rania, y luego Hakim.

-Lleva a Rania al cuarto del bebé… luego la dejas en el salón y te reúnes conmigo.

Mahir asintió rápidamente, y ella no esperó en seguirlo.

Todas sus emociones estaban al límite, pero cuando vio a Omar en su cuna al entrar a la habitación, Rania supo que debía envolverlo para abrazarlo con fuerza, porque sin duda aquí en el palaciono la querían junto al

rey…

Y esperaba que él se diera cuenta a tiempo…

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