Capítulo167
Alba recordo las instrucciones de la Señora y rápidamente cambió su tono: -¡No, fue cuando te estaba quitando la ropa anoche! Tenías un gran moratón, ¡me asusté mucho!
Alejandro recordó el emocionante momento de la noche anterior, cuando abrazó a Irene en sus brazos, sintiendo su cálida y apasionada respiración, y la suave cintura que parecía derretirse en
sus manos.
Sentía un impulso inexplicable de protegerla
El nudo en la garganta de Alejandro se tensó, sus ojos llenos de ira incontrolable.
Pero pronto, su mirada se volvió fria y penetrante.
Después de todo, Alejandro era una persona con un fuerte sentido del orgullo. Él ya se había
disculpado, pero en lugar de aceptarla, la mujer lo abofeteó y lo insultó. Hay un límite para lo que
se puede soportar.
No debería haber sentido lástima por ella.
En ese momento, se escuchó la voz del mayordomo desde afuera.
-Señor, Rodrigo ha venido a verte. Está en la sala en este momento.
Alejandro apretó sus labios delgados: -Haz que vaya a la biblioteca a verme.
La visita repentina de Rodrigo emocionó a Leona y la llenó de alegría. Se apresuró a ponerse el
vestido rosa pastel que acababa de comprar, se retocó el maquillaje y se roció con perfume, y
felizmente se fue a encontrarse con su ser querido.
Justo cuando abrió la puerta para salir, Leona vio a su hermana Noa sosteniendo ese molesto oso
de peluche, saltando y correteando por el pasillo como si estuviera jugando a las casitas.
Con sus tacones altos, Leona se acercó por detrás de Noa y la empujó con fuerza.
-¡Ah!– Noa perdió el equilibrio y dio dos torpes pasos hacia adelante antes de caer pesadamente
al suelo, mostrando una apariencia torpe y lamentable.
Sin embargo, incluso en esa situación, ella aún protegia al osito de peluche en sus brazos.
-Mi hermanita, no deberías andar por el pasillo sin hacer nada. ¿Cómo estás? Seguro que te has
hecho daño al caerte, ¿verdad?
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Leona estaba de buen humor hoy, se pasó los dedos por su cabello ondulado y rodeó a Noa.
Si estuviera de mal huinor, incluso la pisotearla
Después de que Leona se fue, Noa finalmente se atrevió a levantarse lentamente del suelo.
+15 BONOS
Aiba, que conocía bien la personalidad de su hermana, sabía que si actuaba de manera tonta y torpe frente a Leona, siempre estaría un paso por debajo y recibiría menos golpes y regaños.
Noa.
Alba corrió rápidamente hacia ella para ayudarla, mostrando una gran preocupación en sus ojos. ¿Qué pasó? ¿Cómo es posible que te hayas caído en este suelo plano y liso?
-No pasa nada–Noa apretó los labios–fue mi culpa.
-Vi a Leona pasar por aquí hace un momento. ¿Fue ella quien te empujó?– Alba preguntó con enojo, sus ojos enrojecidos.
-¡No! Estoy bien. Me voy.
Al escuchar el nombre de su hermana, Noa se asustó, abrazó el oso de peluche y se fue corriendo,
soportando el dolor en su cuerpo.
Alba miró su frágil y miserable figura y suspiró con los dientes apretados.
Rodrigo estuvo dando vueltas por el jardin trasero durante un rato y justo cuando regresaba a la
sala, chocó de frente con Leona, que tenía un rostro sonrojado.
-¡Rodrigo!
Leona mostró una sonrisa radiante y su voz era tan dulce como la miel: -¿Por qué has venido? ¿
Viniste a ver a mi hermano?
-Por supuesto–respondió Rodrigo sin pensar.
Él y Alejandro eran como hermanos, nadie conocía mejor que él la situación en la familia
Hernández.
Sabía que Ema no era una buena persona, así que su actitud hacia Leona era fría y distante.
Pero Leona no lo veía de esa manera. Pensaba que era hermosa, tenia una buena posición social y
era tan activa que solo era cuestión de tiempo conquistar a Rodrigo.
*15 BONOS
Entonces, bajo su cuello de la blusa discretamente y toma el brazo sólido de Rodrigo, haciendo un
puchero con sus labios rojos, como si estuviera coqueteando.
Rodrigy vamos, te llevare a ver a mi hermano
Sin embargo, en el siguiente instante, una sombra oscura cubrió los ojos rasgados de Rodrigo, y su
inirada se volvió fría y rechazante
Suelta, el olor de tu perfume es demasiado fuerte y puede manchar mi ropa.
