Mi Ex-esposa Misteriosa Es Multimillonaria Chapter 578

Capítulo578 

Leona quedó completamente intimidada por su aura aterradora, retrocediendo dos pasos. 

-Dade que pareces tener una memoria tan frágil, te lo repetiré una vez más, y lo hare delante de 

todos aquí-advirtió Rodrigo. Sus ojos destellaban con una ferocidad de lobo, y su rostro estaba 

cubierto por una inquietante oscuridad. -Noa es una mujer a la que aprecio mucho. Cualquiera que la lastime, estará cruzando una línea muy delicada conmigo, y con la familia Rodríguez. 

Sus palabras resonaron en la sala con un impacto profundo. 

Leona sudaba profusamente, su rostro había palidecido. Lamentablemente, Enrique no estaba 

presente, Ema tampoco lo estaba, nadie podía protegerla en este momento. 

-La razón por la que has tenido suerte en varias ocasiones no es porque seas parte de la familia 

Hernández, sino porque no has cruzado mi límite-continuó Rodrigo, abrazando con ternura el 

cuerpo delicado de Noa en su brazo izquierdo mientras apretaba su puño derecho con un sonido 

crujiente. Pero déjame decirte, Leona, si vuelves a lastimar un solo cabello de Noa, te aseguro que 

pasarás el resto de tu vida en prisión, incluso si Enrique interviene, el no podrá salvarte. Mientras 

hablaba, Rodrigo entrecerró los ojos y levantó su mirada en dirección al piso de arriba. Ema, 

sintiendo la mirada fría y sanguinaria, dio un paso atrás apresuradamente. 

¿Por qué debería tenerle miedo? Después de todo, era la dueña de la casa y una persona mayor en 

comparación con Rodrigo. 

Leona, por otro lado, estaba tan furiosa por las palabras de Rodrigo que le costaba respirar. Las 

miradas silenciosas de los sirvientes a su alrededor solo aumentaban su humillación. 

-Noa, ve con el hermano Rodrigo, él te llevará a ver a tu hermano mayor, o incluso a tu cuñada, ¿ 

vale? -susurró Rodrigo suavemente al oído de la chica, mientras la cargaba. 

Noa se sentía mareada y confundida. No importaba lo que él dijera, ella solo se dejaba llevar 

obedientemente. 

Rodrigo frunció el ceño ligeramente ante su comportamiento sumiso, pero no perdió tiempo y, sin 

prestar atención a las miradas de los demás, se dirigió hacia la salida con pasos decididos. 

-¡Rodrigo, no puedes llevártela así! Leona gritó desesperadamente, con la voz ronca. -Ella es la 

hija de la familia Hernández, ¿cómo te atreves a llevártela? ¿Has consultado con mi padre o con mi 

madre? 

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Ella no queria que Rodrigo se llevara a Noa; estaría celosa durante tres días y tres noches sin poder 

dormir. 

– 

—Quiero llevarme a Noa, y Noa también quiere ir conmigo. Entonces, ¿por qué no debería hacerlo? 

Rodrigo se burló fríamente, mirando a Leona con desprecio. Además, ¿necesito consultar con 

tu madre? Si ella no estuviera de acuerdo, habría venido a detenerme, ¿no crees? 

Leona quedó atónita al escuchar estas palabras, como si un rayo la hubiera golpeado. 

Mientras ella estaba en estado de shock, Rodrigo ya se había ido sin mirar atrás, llevando a Noa en 

brazos. 

Afuera, el viento frío soplaba inclemente. Rodrigo siempre actuaba de manera descuidada y tosca, 

pero con Noa, era especialmente cuidadoso y afectuoso. Su gran mano acariciaba constantemente 

su pequeño brazo, temiendo que pudiera sentir frio, deseando transmitirle todo su calor. 

Noa descansaba tranquilamente su cabeza en el amplio pecho de Rodrigo, frotándola suavemente. 

Era tan dócil y confiada. 

Rodrigo sintió un ligero temblor en su garganta. Le gustaba esa sensación, le gustaba sentirse 

apoyado y confiado. 

Cuando Luisana vio que su jefe venía con Noa, sonrió y abrió inmediatamente la puerta del auto. 

Justo cuando Rodrigo estaba a punto de subir al coche con Noa en brazos, la delgada figura de la 

criada corrió hacia ellos. 

-¡Rodrigo! ¡Espera, Rodrigo, espérame! 

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