Capítulo480
Leona fue interrogada por la policía durante toda la noche y ya ha pasado un día completo. Esas
veinticuatro horas fueron una tortura para la joven mimada. A pesar de que en la sala de
interrogatorios le proporcionaron comida y bebida, no le permitieron dormir ni descansar, lo que la
dejó con ojeras bastante marcadas y el rostro demacrado.
Un potente foco de luz blanca brillaba sobre su cabeza, secando su cabello, por el que había
gastado una fortuna en cuidados capilares. Era una tortura.
-No lo hice. No envié a Rosalía como espía comercial. No tengo nada que ver con esto. Clara me
tendió una trampa. Estoy siendo injustamente acusada-dijo Leona, con voz débil y cansada, pero
no dejó de defenderse.
En ese momento, la puerta de la sala de interrogatorios se abrió. Un hombre bien vestido, con un
maletín negro en la mano, apariencia impecable y una mirada de confianza y serenidad, entró.
-Oficiales, soy el abogado de la señorita Leona, mi nombre es Hugo-se presentó.
Hugo. Los ojos apagados de Leona se iluminaron al verlo. Hugo le sonrió con una expresión
tranquilizadora.
-Necesito hablar a solas con mi cliente-dijo Hugo al tiempo que dirigía a Leona hacia otra
habitación. En este momento, su abogado era la única persona en la que podía confiar.
-Hugo, ¿mi padre te envió para rescatarme? -Leona agarró la mano de Hugo, las lágrimas rodando
por sus mejillas. ¡Por favor, ayúdame! No puedo soportarlo más.
-Leona, por favor, confía en mi. Si me atrevo a tomar tu caso, significa que tengo al menos un
ochenta por ciento de seguridad de que puedo absolverte-dijo Hugo en tono suave, pero su mirada
era penetrante. -Pero bajo una condición: debes cooperar plenamente conmigo y contar todos los
detalles del caso, sin ocultar nada.
-Está bien-comentó Leona. Sabía que Hugo ya había resuelto un gran problema relacionado con
su madre en el pasado, por lo que creía que él podría sacarla de este lío. Luego, Leona le explicó
todo, desde el principio hasta el final, sin ocultar ningún detalle. Hugo la escuchó atentamente sin
mostrar ninguna emoción.
-Hugo, ¿no tienes ninguna forma de manejar a Clara? ¡Es tan despreciable! – Leona golpeó la mesa
con enojo. Si no fuera por esa mujer, ¿cómo habría terminado en esta situación?
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-Leona, Clara es la demandante, es la victima, y conoces muy bien su trasfondo-dijo Hugo con
una mirada sombría. -Esta vez, nuestro oponente es muy poderoso, la señorita de la familia Pérez
es despiadada. El hecho de que pueda conseguir que salgas ilesa ya es un logro. No debes esperar
demasiado.
Leona se sintió reprendida y frustrada, pero en este momento, no se atrevió a perder la compostura.
-Señalaré que la periodista que te acusó, Rosalía, tiene una relación comprometedora con el
director de Brújula Noticias. Esto puede ayudarnos a cuestionar la fiabilidad de su testimonio-
continuó Hugo, con la mirada fija en su escritura. Además, el sospechoso llamado Joaquín estaba
en una relación sentimental con Rosalia antes del incidente. Esta es la pieza clave que puede abrir
todo el caso.
-¿Quieres decir que vamos a cargar toda la responsabilidad sobre Joaquín? – Leona preguntó con
voz preocupada.
Hugo sonrió misteriosamente. -¿Pero estaría dispuesto a aceptar esa culpa? Según lo que sé, ya
rompió completamente con Rosalia.
