Cómo la muerte se convirtió en mi renacimiento Capítulo 10
Capítulo 10 Una multitud se reunió a lo largo de la sinuosa carretera en las afueras de Damasco. Cuando llegó Catalina, ya estaban Yulissa y Raymundo. El rostro de Jeremías se iluminó al ver a Catalina. Ella finalmente vino!‘ él pensó. “¡Eliana, finalmente estás aquí!” Jeremías la arrastró apresuradamente hacia su equipo. Aunque Jeremías solía correr en solitario, esta noche había formado su propio equipo. Irónicamente, su oponente resultó ser Raymundo y su equipo. Penso: “Ésta es la oportunidad perfecta para vengar a Eliana“. ¡Todos los hermanos de la familia Prado son malas personas!” Los corredores parecían seguros de sí mismos y pensaban que se veían geniales con sus modernas chaquetas de cuero. Si bien a Catalina también le gustaba usar ropa a la moda, no pudo evitar sentir desprecio por esas personas y US atuendos. Yulissa, vestida con un elegante vestido, destacó entre la multitud. Sin embargo, el equipo de Raymundo pensó que ella se vestía así para animar a Raymundo. “¿Ha comenzado ya la carrera?” Catalina preguntó casualmente. Ella vino aquí principalmente para ver la carrera y tenía intención de irse cuando terminara el turno de Jeremías. “¡Aún no!” Respondió Jeremías. – “Bueno“. Catalina guardó silencio, apoyándose en el auto y cerrando los ojos para descansar. Raymundo miró al equipo de Jeremías y frunció el ceño, entrecerrando la mirada. Su expresión de repente se volvió sombría. ‘¿Catalina? ¿Por qué está ella aquí? ¿Vino hasta aquí sólo para verme correr? Y todavía tuvo la osadía de decir que había cortado los lazos con la familia. Ciertamente está haciendo Emergency calls only Capítulo 10 un gran esfuerzo para llamar mi atención, reflexionó. Raymundo insistió en que si Catalina quería su perdón, primero tenía que disculparse con Yulissa. 082% 10:57 Sintió que, como hermano mayor, debería darle a su hermana menor una salida y aliviarla de la vergüenza, a pesar de que esta hermana suya no se parecía en nada a lo que había imaginado. Así, se acercó a Catalina, considerándose un hermano bondadoso y generoso por hacerlo. Al ver a Raymundo alejarse, Yulissa quedó un poco confundida, así que lo siguió. Ella dijo: “Raymundo, ¿viste a Catalina? Traigámosla a nuestro equipo. Escuché que los miembros del equipo contrario son muy malos. No podemos permitir que la engañen más“. Al escuchar eso, Raymundo pensó: ‘¡Mira a Yulissa! Ella es tan pensativa. ¿Por qué Catalina no puede apreciar eso? Tal como esperaba de alguien que creció en el campo. ¡No tiene modales en absoluto!” Cuando Raymundo y Yulissa se acercaron a Catalina, Jeremías la estaba molestando, intentando despertarla. “¿Por qué siempre tiene tanto sueño? ¿Cómo puede quedarse dormida en un momento tan emocionante?‘ Se preguntó Jeremías. “Mi querida hermana, jahí estás! El equipo de Raymundo está del otro lado. ¡Vamos para allá!” Yulissa habló. Catalina no respondió. “Señorita, no debe llamar hermana a otras personas al azar“, dijo Jeremías. Por supuesto, estaba al tanto de la relación de Eliana y Yulissa. Sin embargo, dado que Eliana no reconocía a Yulissa como su hermana, tampoco veía ninguna razón para ser cortés con ella. ‘¡Hay que tratar con personas como ella de inmediato!” “Yo… Ella es mi hermana mayor“. Los ojos de Yulissa se llenaron de lágrimas cuando dijo con agravio: “Catalina, por favor no me ignores, ¿de acuerdo? Me mudaré de inmediato. Estoy dispuesta a hacer cualquier cosa mientras seas feliz“. Yulissa no le dio a Catalina la oportunidad de hablar y continuó: “¿Viniste aquí para ver la carrera de Raymundo esta noche? Vayamos juntos a su equipo, ¿vale? Después de la carrera, podemos irnos juntos a casa. Me mudaré cuando te haga feliz“. +5 2/5 Emergency cans only Capítulo 10 Catalina seguía en silencio. 5 “¡Catalina, eres tan arrogante! ¡Yulissa te está hablando! ¡Cómo te atreves a ignorarla! ¡Disculpate con ella inmediatamente!” Raymundo no podía soportar ver a nadie dándole la espalda a su amada Yulissa, ni siquiera a su propia hermana. Es más, no consideraba a Catalina su hermana en absoluto. “¿Están ustedes dos dando un espectáculo para nosotros aquí? ¡Una actuación bastante impresionante!” Catalina abrió los ojos casualmente, su mirada llena de indiferencia. Su corazón ahora estaba lleno de odio. No sentiría dolor. “Señor Raymundo Prado, si busca atención, ha venido al lugar equivocado. Este no es su equipo. Aquí nadie lo escuchará despotricar“, le recordó amablemente Catalina. Ella pensó: “¿En qué estaba pensando él al venir al área de otro equipo a buscarme?” “Tú, ven conmigo. Compórtate y quédate ahí. Nos iremos juntos a casa después de que termine la carrera“, ordenó Raymundo. Se enfureció por dentro: ‘Debería regresar y disculparse con mamá, papá y Yulissa! ¿Por qué le resulta inaceptable vivir en el almacén? ¡Sigue siendo mejor que vivir en una perrera! ¿Quién se cree que es? atreve a ser tan exigente? […]
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