Capitulo 21
Luna siempre había sido arrogante y presumida, siempre mirando por encima del hombro a los demás. Lo que estaba ocurriendo entonces, Andrés lo había previsto hace mucho tiempo.
Miguel había terminado de ofrecer una oración y se giró.
-¿Cómo fue que resultó herida Luna? ¿Ya se investigó todo?
Apenas se aterrizó, Miguel volvió corriendo, sin siquiera cambiar de ropa.
Era un tipo rellenito, algo patoso a simple vista, con un rosario en la muñeca. Su mirada era intensa y
emanaba una especie de fuerza.
Miguel en su juventud había estado involucrado en muchas travesuras. Aunque no tenía un aspecto
intimidante, pero aun así todos temían a su mano firme.
Quizás debido a demasiados actos violentos en el pasado, y para aliviar un poco la carga de sus
pecados, Miguel había puesto una estatua de la Virgen del Rosario en su estudio y cada año donado
mucho dinero a las confraternidades de monjas.
-Está todo claro. Sin embargo, la familia Sánchez también está investigando este asunto. Además.. justo ayer, cuando estaba preparando a mi gente para actuar, alguien de la familia Sánchez ya había
tomado la delantera y se había llevado a la persona que había herido a Luna.
-¿Familia Sánchez? -Miguel entrecerró los ojos.
-Sí.
¡Hablaba de los Sánchez de la capital, los mismos!
La familia más prominente de las cuatro grandes familias de la ciudad controlaba el pulso económico y comercial de la ciudad. Eran verdaderos aristocratas de alta sociedad. Comparados con ellos, los García
eran insignificantes.
-¿Luna tuvo algún contacto con alguien de la familia Sánchez? ¿Con Sergio?
-No, parecía ser otra persona. Pensé que Sergio había mandado a alguien a herir a Luna. No podía ser
que Sergio la defendiera.
Sergio era un hijo fuera del matrimonio. Antes de unirse a ellos, tuvo problemas con la familia García.
El problema con Luna no podía ser otro que Sergio.
Quizás los dejamos tranquilos durante demasiado tiempo.
+15 BONUS
Se olvidaron de quién les proporcionó esa paz. Al final del día, Luna era la hija de Miguel, Quien se
atreviera a lastimarla, estaba insultándolo directamente.
-¿Estás seguro de que alguien de la familla Sánchez está ayudando a Luna?
Andrés asintió.
-Si.
Miguel reflexionó por un momento, frunciendo el ceño:
-Si alguien ya intervino, dejémoslo así. Sergio es simplemente un perro que solia alimentar. Dile a
alguien que le enseñe una lección, pero asegúrate de no ser descubierto.
Andrés, con un destello oscuro en sus ojos, asintió levemente:
-Si, padrino.
-¿Cómo está Luna?
-No hay problemas graves por el momento.
-Traje algunos regalos desde ciudad Ficticia. Entrégaselos a ella más tarde. Tiene un temperamento
fuerte como yo, así que sé paciente con ella como su hermano mayor.
-Por supuesto, siempre la trataré como a mi propia hermana. Es normal que las niñas tengan
temperamento -dijo con voz suave, pero sus ojos reflejaban indiferencia.
-Bien, me alegra que lo entiendas. Vete a casa ahora.
Andrés inclinó la cabeza:
-Descansa, padrino.
Aquel día el cielo estaba claro sin una sola nube y la temperatura era perfecta.
Luna disfrutaba de la sopa de costillas con patatas que Liora le había preparado, deliciosa como
siempre, recordándole tiempos pasados.
Ya era el quinto día, y las heridas en su cuerpo cicatrizaban, aunque la picazón era insoportable.
¿Quién te envió esas flores, Luna?
Luna miró las rosas en la mesita de noche y sonrió ligeramente:
-Un amigo me las envió. No puede salir, pero estoy feliz de que haya enviado flores.
+15 BONUS
Entre las diecinueve rosas, había una nota.
-Espero que te den de alta pronto. Estoy ansioso por verte de nuevo.
Gabriel.
Diecinueve es su número de la suerte.
-Cuando salgas, invítalo a casa. Yo preparará una comida para ustedes.
-¡Lo haré! En cuanto salga, definitivamente iré a verlo.
Se suponía que se encontrarían, pero luego ella resultó herida, retrasando su encuentro.
Luna nunca había visto a Gabriel. Usualmente chateaban a través de una ventana o por teléfono.
Ella también estaba ansiosa por el dia en que se encontraran.